Es cierto que una pandemia como la que estamos viviendo no es algo fácil de gestionar, y que cada individuo puede tener una opinión distinta sobre aspectos como las medidas sanitarias, las ayudas económicas a la hostelería, etc. Sin embargo creo que si hay algo en lo que todos deberíamos estar de acuerdo,es en el fin de esta situación ycon ello, la muerte de millones de personas. Por otro lado, hay gente que no concuerda con mi opinión. A lo largo de estos 11 meses hemos observado como existe una minoría de la población (negacionistas), que afirma que el COVID-19 no es real, mientras tanto, el resto de población sufre la pérdida de sus seres queridos debido a la imprudencia de estos sujetos de y otras variables que no están a nuerstro alcance. Aunque lo que sí está cada vez más próximo, es la vacuna. No obstante esto ha generado un debate moral e intelectual. ¿Podemos fiarnos de la inyección de esta?¿Cómo sabemos que no será contraproducente? Pues bien, en el siglo XXI se ha desarrolla
Gracias a los avances tecnológicos que han tenido lugar en este último siglo, podemos afirmar que nuestra calidad de vida ha aumentado de forma razonable. Además nos ha facilitado el acceso a información instantánea. Y aunque ahora tengamos la posibilidad de conectarnos vía online, no creo que nunca llegue a parecerse al contacto físico y visual. Respecto a las clases online, he de destacar que como solución a la situación de pandemia que estamos atravesando es de las mejores. Pero, obviamente no es nada parecido a estar fisicamente en el aula, pues se pierde la concentración con más facilidad, muchas veces resulta más incómodo preguntar a través de un dispositivo, y por supuesto se reduce la presión que a veces necesita el alumnado par continuar la clase y no dispersarse. Se debería aprender lo mismo, no obstante, desde casa contamos con factores perjudiciales para nuestra atención, que en las clases presenciales no tenemos, y claro está que el alumno que desea prestar atención lo har
Antes de nada, querría confesar que al seleccionar las optativas, no fue psicología mi primera opción, sin embargo a lo largo del curso se ha convertido en una de mis asignaturas favoritas (y no solo por el hecho de que esta redacción la estará leyendo mi estimado profesor), pero realmente he aprendido mucho sobre la materia: cómo funciona nuestro cerebro; cómo se percibe; qué es la personalidad (que muchos creíamos saber); qué es el psicoanálisis; en que consisten los trastornos perceptivos o mentales, etc. Aunque sin duda lo que realmente admiro de la clase de psicología, es que, como diría Ausubel, se trata de un aprendizaje significativo, que requiere la comprensión de la materia y no meramente la memoria del sujeto. Además, en esta clase he adquirido conocimientos de cultura general, así como que hay budas en los que figura el mismo símbolo que el que representa el nazismo alemán, y aunque pueda parecer una tontería, me parece muy enriquecedor. Por otra parte si tuviera que señal
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