Estas preguntas filosóficas no tienen una utilidad pragmática para nuestra vida y sin embargo a día de hoy seguimos buscando respuestas a muchas de ellas. En el mundo en el que vivimos hay  al rededor de 7.545 millones de personas y no hay dos iguales. Existen personas a las que llaman “clones” por su parecido físico pero cada mente, cada cultura, cada forma de ver las cosas, es distinta, incluso en personas como estas, que comparten un físico similar.
Quién no se ha preguntado nunca si hay vida después de la muerte o si todo lo que vemos y percibimos con nuestros sentidos es real, obviamente no sé cuánto tiempo le habrá dedicado cada una  de estas personas a estas preguntas pero estoy segura de que todos nos las hemos formulado alguna vez. Hasta donde mis conocimientos alcanzan, el ser humano comenzó a reflexionar sobre el mundo y la filosofía hace 28 siglos y sinceramente creo que si no tuviera sentido hacerse estas preguntas no nos las hubiéramos preguntado durante tanto tiempo.
Esto, a mi parecer se debe a la curiosidad natural del ser humano, dado que nos relacionamos con el mundo utilizando respuestas culturales y tenemos por naturaleza una actitud especulativa.
A lo largo de la historia nos hemos hecho miles de preguntas, en mi opinión el sentido de estas, son sus diversas e infinitas respuestas que nos han hecho evolucionar y no vivir en la ignorancia.
Por otra parte creo que el sentido a las cosas se lo damos cada ser humano en particular,  pero el sentido a las preguntas que hacemos se encuentra en la voluntad de evolución social y la búsqueda del saber por saber que todos en algún momento de nuestra vida hemos cuestionado.

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